Floración

La floración de los frutales es un proceso gradual dentro del ciclo evolutivo de la planta que, no obstante, abarca un período de tiempo relativamente corto. En esta etapa fenológica del cultivo es esencial la aplicación de tratamientos bioestimulantes que actúen sobre la calidad del proceso de floración y posterior cuajado, y que ayuden a mantener un nivel óptimo de frutos por árbol.

Tras el reposo invernal, los frutales de hueso han iniciado un nuevo ciclo biológico. La savia se reactiva, el vegetal abandona su estado de latencia y comienzan a producirse las nuevas brotaciones que darán paso a las primeras floraciones.

En este proceso intervienen varios factores. La climatología juega un papel relevante en la floración de los frutales. Partimos de que los árboles necesitan acumular horas de frío con el objetivo de regular su ciclo vegetativo. De lo contrario, pueden producirse floraciones escasas o demasiado escalonadas.

Los episodios de heladas pueden provocar la pérdida de gran parte de la floración o incluso de los frutos recién cuajados, mientras que las altas temperaturas pueden influir en la reducción del período de polinización o provocar abortos florales.

Además de la acumulación de frío invernal, en la floración de los frutales también intervienen los niveles de carga y floración del año anterior.